EAR psicólogos

7 de enero de 2012

La personalidad del deportista: ¿qué características personales hacen a Rafa Nadal, Pau Gasol o Iker Casillas deportistas de éxito?.

Al ver en la tele los triunfos de Nadal, de Gasol o Casillas, cuesta no pensar en qué características tienen que les hacen llegar al éxito y, en cambio, a otros, con las mismas o mejores condiciones físicas y/o técnicas, no. De hecho, son muchos los casos de deportistas que se quedan en futuras promesas, sin dar el salto cualitativo que les permita llegar al éxito.

Pero, ¿en qué se diferencian? ¿qué puede hacer que una persona triunfe y otra no?.

Si bien cada caso es distinto y, por tanto, debe analizarse detalladamente, parece que uno de los factores que más influyen es la personalidad del deportista.

Pero ¿qué es la personalidad?.

La personalidad es la capacidad de adaptación a las situaciones de la vida cotidiana. En el ámbito deportivo, sería la capacidad de adaptación a la vida deportiva, desde los entrenamientos hasta la competición. Así, por ejemplo, hay muchos deportistas jóvenes que compaginan vida deportiva y académica, pero cuando aumentan las exigencias,  prefieren abandonar para hacer otras cosas.

El estudio de la personalidad es uno de los temas más abordados en el ámbito de la Psicología en general, e igualmente en el de la Psicología del deporte.

Concretamente, el estudio de la personalidad se ha abordado desde tres perspectivas diferentes:

-       Modelos internalistas: Consideran que la personalidad viene determinada por características internas, estables y fijas. Algunas de las teorías que apoyan esta idea son la Teoría de los rasgos y la teoría psicodinámica. Es decir, cada persona tiene unas características personales determinadas e inmodificables.
-       Modelos situacionales: Consideran que la personalidad está determinada por las respuestas que da el sujeto (conducta observable) ante una situación. Dichas respuestas están influidas por la historia del sujeto (es decir, la experiencia acumulada por situaciones similares).
-       Modelos interaccionistas: Actualmente, son los que mayor apoyo reciben. Consideran que la personalidad está definida tanto por variables internas del sujeto y como por las características de la situación. Es decir, la personalidad de alguien depende de su historia previa de aprendizaje y de cómo percibe la situación (expectativas y atribuciones).

Dentro de la perspectiva interaccionista, el enfoque más utilizado en Psicología del deporte es el fenomenológico. Según éste, el comportamiento está determinado por características personales y situacionales; pero, a diferencia del modelo interactivo, no considera que las variables personales sean disposiciones o rasgos fijos, sino que tiene en cuenta la comprensión e interpretación que hace el deportista de sí mismo y del entorno.

En base a este enfoque, por tanto, no habría que estudiar las características personales que favorecen el rendimiento exitoso de los deportistas sino las estrategias mentales, habilidades y conductas que utilizan para competir (Auweele, Cuyper, Van Mele y Rzewnicki, 1993; Vealey, 2002, Weinberg, 2010).

En otras palabras, los deportistas exitosos utilizan estrategias, poseen habilidades y se comportan de manera distinta a deportistas no exitosos en determinadas situaciones.

Pero, ¿estas habilidades, estrategias pueden aprenderse?

Según el enfoque fenomenológico, sí. Por tanto, un deportista podría mejorar su rendimiento aprendiendo una serie de habilidades y estrategias básicas, comunes a cualquier deporte.

Pero ¿cuáles son?

Algunas investigaciones (véase Weinberg, 2010) han puesto de manifiesto la influencia de las siguientes habilidades en el éxito deportivo:
  • Establecimiento de metas: Es conveniente antes de una competición, plantearse qué objetivos perseguimos y qué vamos a hacer para conseguirlos. Para que sean eficaces, los objetivos han de ser concretos, reales, medibles y controlables.
  • Preparación mental y ensayo mental previo a la competición: En otras palabras, es positivo preparar la competición, seleccionar la táctica o estrategia a usar, anticipar posibles adversidades, cómo afrontarlas, etc.
  • Mantener la concentración: Es importante saber mantener la atención ante los estímulos relevantes, en qué hay que hacer y no fijarse en estímulos irrelevantes (ej: gritos desde las gradas), no controlables (ej: actuaciones arbitrales) o negativos (ej: fallo cometido). Para ello, es conveniente entrenar rutinas que permitan al deportista lidiar con las distracciones.
  • Control de pensamientos: Cuanto mayor sea el número de pensamientos positivos o imágenes positivas mejor será el rendimiento del deportista, ya que favorece su motivación y su esfuerzo.
  • Manejo de la excitación y ansiedad: Como se ha hablado en capítulos anteriores, es importante que el nivel de activación sea el óptimo para obtener un buen rendimiento.
  • Afrontamiento de obstáculos: Muy relacionada con la fuerza mental y con la tenacidad de una persona. Para conseguir afrontar los obstáculos es bueno anticipar y ensayar posibles estrategias para prevenirlos y/o solventarlos.

Además, en las investigaciones se pone de manifiesto que estas habilidades han de ser interiorizadas, de tal manera que su manejo se haga de forma automática, igual que la realización de los gestos técnicos.

Si analizamos los comportamientos de nuestros deportistas con mayor éxito, teniendo en cuenta estas habilidades, podemos observar cómo están presentes en ellos. Por ejemplo, en la final de la Copa Davis de este año, pudimos ver cómo Rafa Nadal era capaz de superar las rachas de Del Potro (afrontamiento de obstáculos), sin perder la concentración ante los fallos cometidos, felicitándose ante los aciertos (control de pensamientos), etc. O como Pau Gasol parece tener planificada de forma muy precisa su carrera profesional, pautada paso a paso, sin saltarse ninguno (establecimiento de metas); preparando y analizando cada partido, cada competición.

Por último, añadiría otra cualidad que creo que es común a estos deportistas y que es importante para mantenerlos en la élite: la HUMILDAD. Tanto Rafa Nadal, como Pau como Iker son conocedores de su valía, pero también de la importancia de seguir trabajando para mejorar, para seguir siendo los mejores. Quizás esta cualidad por ser más determinante en el mantenimiento del éxito y no en su consecución, es la menos trabajada, pero no por ello, la menos importante.

En resumen, parece que existen una serie de habilidades que, innatas o aprendidas, favorecen el éxito deportivo y, por tanto, sería bueno profundizar más en su estudio para incorporarlas formalmente en los programas de entrenamiento y tecnificación desde categorías inferiores.