EAR psicólogos

14 de agosto de 2012

Afición y deportistas: El contagio emocional.

contagio emocional

Con la emoción metida todavía en el cuerpo por la final olímpica entre España y USA de basket empieza este artículo relativo a cómo determinados deportistas, determinadas ocasiones permiten que afición y deportistas puedan compartir por unos instantes las mismas emociones a pesar de estar a miles de kilómetros.

Los últimos metros de David Cal, las carreras de Mireia Belmonte, las actuaciones del equipo de sincronizada, de los taekwondistas… nos han subido la adrenalina y nos han hecho sentir una tremenda alegría. Y al contrario, la cara de Pau al ver que se le escapaba la tan ansiada medalla de oro, los jugadores de balonmano con el gol encajado en el último segundo o el gesto abatido de la esgrimista surcoreana después de perder su combate de forma polémica nos han hecho sentir tristeza.

De acuerdo con Iacoboni (2009) podemos experimentar emociones similares a las que están sintiendo los deportistas en esos momentos gracias a las neuronas espejo. Cuando nos ponemos delante del televisor para ver a los deportistas luchar y esforzarse por conseguir sus metas, vemos sus expresiones faciales, sus gestos y sus posturas; nuestras neuronas espejo se activan, lo que posibilita una simulación automática de las expresiones faciales de otros, y envían señales al sistema límbico, que nos permite sentir las emociones asociadas con las expresiones faciales observadas.

En ese momento, de forma no reflexiva, imitamos sus expresiones faciales, sincronizamos nuestro cuerpo, sentimos su tristeza, alegría, dolor… En definitiva, nos contagiamos de las emociones experimentadas por otros, lo que supone que por un instante, miles e incluso millones de personas compartan un mismo sentimiento.