EAR psicólogos

17 de agosto de 2013

Padres de deportistas, ¿cómo ayudar a mi hijo/a deportista rendir más?

Seguramente esta es una de las preguntas que más se hacen los padres cuyos hijos e hijas practican un deporte en el que empiezan a destacar. El gusto por el deporte, el orgullo de tener un hijo que destaca y la esperanza de que pueda progresar en él hacen que los padres se repitan continuamente esa pregunta y que intenten, con la mejor de sus voluntades, fomentar, animar, aconsejar y en algunos casos, entrenar a sus hijos.

Y es que el deporte, puede ser un nexo de unión entre padres e hijos, donde ambos compartan una misma ilusión y afición, generándose una complicidad y favoreciendo la comunicación entre ellos. Pero en otros casos, puede convertirse en un tema de discrepancia, bien porque el deportista le atribuya una importancia que los padres no compartan o bien al revés, que sean los padres quienes consideren muy importante el deporte, y su hijo/a no.

Cuando el deportista considera muy importante la actividad deportiva que practica y sus padres no, suelen darse una serie de circunstancias. En primer lugar, los padres no fomentan la práctica deportiva en sus hijos/as, éstos están apuntados a alguna actividad deportiva por hacer algo o por cubrir el horario laboral de los padres. Por tanto, no favorecen que su hijo acuda a los entrenamientos y/o partidos de forma regular, o si lo hacen, los padres no acuden a dichos eventos. Tampoco les suelen preguntar por cómo les ha ido, qué tal lo han hecho, etc. En definitiva, no están interesados en el tema y así lo manifiestan. En aquellos casos más leves, donde la actitud de los padres es de pasividad pero permiten el mantenimiento de la práctica deportiva, los deportistas suelen sentir cierta tristeza y decepción pero no suelen ver afectado su rendimiento. En cambio, en aquellos casos más extremos donde los padres no favorecen la práctica deportiva, el rendimiento se ve resentido ya que el deportista no acude a los entrenamientos ni compite, lo que a la larga puede incluso generar abandono.

Cuando los padres consideran más importante la actividad deportiva que el propio deportista suele generarse mayores problemas, afectando negativamente al rendimiento. Así, cuando los padres están muy motivados e implicados con un deporte suelen fomentarlo a sus hijos. Si esto se hace de forma insistente (e.g., ver partidos del mismo deporte, hacer regalos relacionados con ese deporte, hablar continuamente de él, etc.), puede provocar saturación y por tanto, desinterés en el joven deportista. Otro aspecto que influye y que está relacionado es la impaciencia de los padres por ver mejoras en el rendimiento de su hijo, lo que en muchas ocasiones, genera que los padres continuamente estén dando instrucciones o incluso entrenen aparte a sus hijos/as. Este aspecto es el más negativo ya que suele producir sobreentrenamiento, y por tanto, agotamiento físico y mental, disminuyendo el rendimiento e incluso pudiendo desembocar en abandono de la práctica deportiva. En este sentido, es importante que los padres asuman su rol de padres y no de entrenadores.