En la actualidad, uno de los temas más tratados en cualquier
ámbito de la gestión de personas es la comunicación. De hecho, muchos denominan
a la etapa que estamos viviendo la era de la comunicación. Los móviles, Internet,
los servicios de mensajería instantánea,… son elementos que nos acercan a otras
personas, pero paradójicamente cada vez nos comunicamos peor.
En el mundo del deporte (fiel reflejo de la sociedad actual)
ocurre lo mismo. Así cuando un entrenador tiene que dirigirse a un jugador o un
deportista, se comunica a través de mensajes en vez de hacerlo presencialmente,
y esto, genera problemas de comunicación.
¿Por qué?
Porque los mensajes escritos no facilitan toda la
información necesaria para establecer una buena comunicación, dejan atrás todo
lo relacionado con las motivaciones, actitudes y estados emocionales de los
interlocutores; y cuando no tenemos toda la información, la inferimos, pero en
base a nuestras percepciones, es decir, la interpretamos a nuestra manera y
ahí, vienen los fallos en la comunicación. Pensemos ¿cuántas veces hemos tenido
problemas con alguien cercano porque no ha interpretado igual que nosotros un
mensaje que le hemos enviado? Y es que alrededor del 80% de la información que recibimos
se debe a la comunicación no verbal, y los mensajes, a pesar de los famosos emoticones,
carecen de ella. Además, es más fiable ya que tiene menos probabilidades de hallarse
bajo control consciente y por tanto, es más difícil manipularlo o disimularlo. Por
contra, también es más difícil interpretarlo, por lo que es conveniente siempre
tener en cuenta el contexto.
Pero ¿cuáles son los elementos de la comunicación no verbal?