En el artículo de este mes
trataremos la calidad de los servicios deportivos. Un tema que no es específico
de la psicología deportiva, pero que resulta fundamental para la mejora y progresión
del deporte como sector importante dentro de la economía española así como para
su mayor profesionalización.
Desde hace unos años, el mundo
del deporte ha experimentado un notable crecimiento. Cada vez son más las
personas que realizan actividades deportivas, ya sea a nivel recreativo, competitivo
o formativo, lo que ha multiplicado el número de empresas que ofrecen servicios
deportivos. Esto, unido a las dificultades económicas que estamos afrontando,
hace que los gestores deportivos busquen la excelencia empresarial que les
permita diferenciarse de la competencia y, para ello, la calidad supone una
herramienta fundamental para conseguirlo.
Pero ¿qué es la Calidad de servicios?.
Dentro del ámbito del
Marketing, en la década de los ochenta, se inician las primeras investigaciones
sobre la calidad de servicios (Grönroos, 1982; Parasuraman, Zeithaml y Berry,
1985). En ellas, se define la calidad del servicio como la valoración que hace el consumidor de la excelencia o superioridad del
servicio (Zeithaml, 1988). La mayor parte de estas investigaciones explican
la calidad del servicio basándose en el paradigma de la desconfirmación,
empleado en los estudios sobre calidad de productos (Cardozo, 1965; Churchill y
Surprenant, 1982; Howard y Sheth, 1969; Oliver, 1977, 1980; Olshavsky y Miller,
1972; Olson y Dover, 1976). De acuerdo con este paradigma, la calidad es el resultado de la comparación entre las
expectativas del usuario y las percepciones de desempeño del servicio. Si
el nivel de prestación del servicio excede las expectativas previas, la
percepción de calidad será adecuada; en cambio, si las expectativas no se
confirman, la calidad de servicio percibida será deficiente.
Partiendo de este marco
conceptual, aparecen dos líneas de investigación claramente diferenciadas. Por
un lado, la escuela nórdica representada por los trabajos de Grönroos (1978,
1982, 1984) se centra en los componentes tangibles de la calidad, es decir, en
las variables de resultado. De hecho, señala
que la calidad de servicio puede medirse a través de 2 dimensiones: calidad técnica, que se refiere al
servicio que han recibido los consumidores como consecuencia del proceso de
compra y calidad funcional, referida
a la forma en que el servicio ha sido prestado o experimentado por el usuario.
Por otro, la escuela americana, representada por los trabajos de Parasuraman, Zeithaml y Berry (1985, 1988) se centra en los aspectos intangibles de la calidad o en otras palabras, en el proceso. En base a esto, desarrollan un modelo, el SERVQUAL, que mantiene que los usuarios perciben la calidad de servicio a través de 5 dimensiones: elementos tangibles, es decir, los aspectos físicos del servicio; fiabilidad, que es la capacidad de la organización para desarrollar el servicio prometido de forma fiable y cuidadosa; capacidad de respuesta, que se refiere a la disposición para atender o prestar ayuda a los usuarios; seguridad sobre las habilidades y conocimientos de los empleados que inspiren confianza y credibilidad y empatía, es decir, la atención individualizada a los usuarios.
Por otro, la escuela americana, representada por los trabajos de Parasuraman, Zeithaml y Berry (1985, 1988) se centra en los aspectos intangibles de la calidad o en otras palabras, en el proceso. En base a esto, desarrollan un modelo, el SERVQUAL, que mantiene que los usuarios perciben la calidad de servicio a través de 5 dimensiones: elementos tangibles, es decir, los aspectos físicos del servicio; fiabilidad, que es la capacidad de la organización para desarrollar el servicio prometido de forma fiable y cuidadosa; capacidad de respuesta, que se refiere a la disposición para atender o prestar ayuda a los usuarios; seguridad sobre las habilidades y conocimientos de los empleados que inspiren confianza y credibilidad y empatía, es decir, la atención individualizada a los usuarios.
La
calidad de servicios deportivos.
La mayor parte de investigaciones realizadas sobre la
calidad de servicio en el ámbito deportivo se han basado en el modelo SERVQUAL (Cristóbal
y Gómez, 1999; Crompton, MacKay y Fesenmaier, 1991; MacKay y Crompton, 1988; Rodríguez
et al., 2003; Wright, Duray y Goodale, 1992).
No obstante, algunos autores han criticado la incapacidad
del SERVQUAL para determinar la calidad de servicio en sectores específicos
como el deportivo (Kim y Kim, 1995), por lo que se han centrado en diseñar
herramientas específicas para evaluar la calidad de los servicios deportivos (Howat
et al., 1996: Kim y Kim, 1995; Morales Sánchez, Blanco Villaseñor y Hernández
Mendo, 2004; Morales Sánchez, Hernández Mendo y Blanco Villaseñor, 2009; Mundina
et al., 2005). Los resultados obtenidos muestran que hay varios factores de calidad
que se repiten en varios estudios. Es decir, aparecen en todos. En base a los
cuales estamos desarrollando una herramienta que permite evaluar la calidad de los
servicios deportivos.
Me parece muy interesante y estoy muy interesada en el seguimiento de esta herramienta.
ResponderEliminarHan podido desarrollar algo? :) saludos
Hola.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios Betty. Hemos desarrollado una herramienta que permite evaluar de forma fiable la calidad de servicios deportivos.