EAR psicólogos

8 de abril de 2015

Mi hijo/a es deportista ¿cómo puede compaginar el deporte con los estudios?


Sin duda este es uno de los temas que más suelen preocupar a los padres de los jóvenes deportistas, y por ende a sus entrenadores, que a medida que pasa la temporada ven como su plantilla va disminuyendo por culpa de los malos resultados en los estudios. Y es que muchos padres quitan a sus hijos de la práctica deportiva en aras de mejorar su rendimiento académico, cosa que, en muchos casos, no funciona.

¿Por qué? Pues porque el bajo rendimiento académico en estas situaciones, normalmente no tiene que ver con tener más o menos tiempo para estudiar, sino con cuestiones relacionadas con la motivación. Frases como “para que voy a estudiar si yo me quiero dedicar al fútbol”, “si no llego a la élite, me hago monitor y ya está”, “mira a tal o cual jugador, no tiene estudios y gana una pasta” suelen ser el origen del mal rendimiento académico de algunos deportistas.

En este punto, resulta necesario sensibilizarles sobre la importancia de tener una buena formación académica para su futuro profesional. En primer lugar, porque no todos los deportes tienen el mismo nivel de profesionalización, por lo que en muchos casos, los deportistas de élite tienen que compaginar su carrera deportiva con un empleo. Un ejemplo de esto es Saúl Craviotto que, a pesar de ser medallista olímpico en piragüismo, tiene que compaginar su carrera deportiva con su profesión de policía. En segundo lugar, porque la carrera deportiva suele ser muy corta, de tal manera que, un deportista, en el mejor de los casos, suele retirarse con 35-36 años, quedándole otros 30 años en los que tiene que desempeñar otras labores antes de jubilarse, y si no ha planificado esa etapa puede resultarle traumática (ver post sobre la retirada deportiva). En tercer lugar y no por ello menos importante, no todas las jóvenes promesas llegan a la élite deportiva, por lo que si no tienen una formación académica adecuada su inserción en el mercado laboral se complica considerablemente.
De igual manera, es positivo mostrar a los deportistas los beneficios que puede tener la formación académica en su rendimiento deportivo. ¿Cómo? En primer lugar, les permite desconectar durante un tiempo de su deporte. Al contrario de lo que muchos piensan, es bueno y necesario que los deportistas, al igual que descansan físicamente, lo hagan mentalmente, y los estudios pueden ser una forma adecuada para descansar la mente. En segundo lugar, les ayuda a cambiar su foco atencional, lo que puede ser útil para desbloquear ciertas tensiones o pensamientos negativos. Por ejemplo, si un deportista está nervioso semanas o días semanas antes de una competición, puede ser beneficioso que centre su atención en los estudios para evitar tener pensamientos negativos.

Pero para que esta labor de sensibilización sea efectiva, no sólo se ha de realizar desde el ámbito familiar, también ha de realizarse desde el ámbito deportivo. De hecho, los entrenadores juegan un papel fundamental. Así, se ha comprobado que en aquellos equipos en los que los entrenadores valoran y se preocupan por la formación académica de sus jugadores, pidiéndoles las notas e incluso sancionándoles cuando hay suspensos, el rendimiento en los estudios mejora.

Por tanto, una primera medida a adoptar para ayudar a compaginar estudios y deporte sería que padres y entrenadores trabajaran de forma conjunta para prevenir el absentismo en los entrenamientos por cuestiones académicas.

Si bien es menos frecuente hay que tener en cuenta también aquellas situaciones en las que los deportistas realmente tienen poco tiempo para estudiar ya que entrenan 5 o 6 horas diarias (por ejemplo, nadadores, gimnastas, tenistas, etc.). En estos casos, sería recomendable que hubiera una mayor flexibilidad en la formación que permitiera a los deportistas de alto rendimiento compaginar los estudios con el deporte. En la actualidad, existen algunas iniciativas privadas, pero si se quiere apostar por el deporte en este país sería conveniente que se establecieran unas directrices generales y se diseñaran programas de formación específica para deportistas de alto rendimiento. De esta forma, se aseguraría la continuidad de su  formación académica.

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