En artículos anteriores
comentábamos qué pasaba cuando un deportista se lesionaba y apuntábamos varias
técnicas que permiten favorecer el proceso de recuperación. Hoy nos vamos a
detener en una de ellas: la visualización.
Es una habilidad cognitiva cuya
función es elaborar representaciones de objetos, situaciones o actividades y
reproducirlas mentalmente, incluso cuando han dejado de estar presentes. Por
tanto, nos permite crear o recrear una experiencia en nuestra mente.
Si bien tiene un gran
componente memorístico, nuestro cerebro es capaz de construir una imagen
combinando distintas partes de la misma. En otras palabras, podemos crear
imágenes nuevas a partir de todo aquello que forma parte de nuestra memoria.
Aunque esta habilidad se denomine
visualización, la recreación o creación de una experiencia en la mente requiere
el uso de todos los sentidos, no sólo de la vista. Por tanto, han de usarse
también los sentidos del olfato, oído, gusto, tacto y quinestésico. Martens
(1982) añade las emociones asociadas a las experiencias, de tal manera que el
deportista cuando esté visualizando la recuperación de su lesión pueda experimentar
las emociones de alegría y alivio que acompañan a la misma.
Pero ¿cómo puede ayudar la visualización en la recuperación de lesiones?
Cuando un
deportista se lesiona siente dolor en la zona, sus metas a corto, medio y, a
veces a largo plazo, se ven truncadas, además la parada obligatoria le hace
perder el ritmo de competición... Todo ello afecta a cómo el deportista afronta
su lesión y su posterior recuperación, por lo que resulta imprescindible desarrollar
un plan en el que se tengan en cuenta los aspectos físicos, cognitivos y
emocionales del deportista. Y mediante la visualización se pueden trabajar
todos estos aspectos. De hecho, esta técnica permite: a) controlar el dolor que genera la lesión, b) mantener
las destrezas físicas, c) mejorar la recuperación psicológica y d) acelerar el
proceso de recuperación de la lesión.
a) Control del dolor: La
percepción del dolor es subjetiva, de hecho, cada persona tiene un umbral
diferente. Lo que para uno puede resultar muy doloroso, otro puede soportarlo. Igualmente
la percepción del dolor varía en función del foco atencional. Si una persona se
centra continuamente en la zona dolorida, la percepción del dolor es mayor que
si está centrada en otros estímulos. Por tanto, se puede utilizar la
visualización para modificar el foco atencional, dirigiéndolo de la zona
dolorida a otros ambientes más relajantes (ej: una playa, orilla de un río,
etc.).
b) Mantener las destrezas físicas: Según
la Teoría psiconeuromuscular, cuando un deportista imagina que está haciendo un
determinado movimiento sin ponerlo en práctica, se producen impulsos cerebrales
similares a los que se ponen en marcha cuando hace el movimiento real. De hecho, existe evidencia empírica que pone
de manifiesto que el experimentar movimientos en la imaginación, genera una
inervación en nuestros músculos similar a la producida por la verdadera
ejecución física de un evento. Aunque la actividad muscular sea menor en el proceso
imaginativo en comparación con el movimiento real, este fenómeno es
significativo.
c) Mejorar la recuperación psicológica: Según la Teoría del aprendizaje simbólico, la visualización
permite a los deportistas representar procesos complejos codificándolos en
componentes más simples. Es decir, permite ensayar mentalmente la secuencia de
pasos necesarios para conseguir la meta final. Esto favorece la familiaridad de
la situación y por tanto, incrementa el control del deportista sobre la situación
y la confianza en sí mismo.
d) Acelerar el proceso de recuperación: El cerebro dirige todos los procesos y mecanismos que se
producen en nuestro cuerpo. Así por ejemplo, cuando respiramos nuestro cerebro
manda la instrucción de inspirar y espirar. Ésta puede ser consciente o
inconsciente. Normalmente no somos conscientes de que respiramos, pero en
determinados momentos podemos modificar el ritmo a través de nuestro lenguaje
interior, por ejemplo, dando la instrucción de que sea más lento. Cuando nos
lesionamos automáticamente, se activa en nuestro organismo el sistema
inmunológico, que a su vez pone en marcha diferentes mecanismos para recuperar
la lesión lo antes posible. La visualización vívida de estos mecanismos puede potenciar
la recuperación pero, para ello, es necesario tener un conocimiento detallado
sobre la misma y los mecanismos fisiológicos que sigue el organismo para recuperarla.
En definitiva,
la visualización puede ser una habilidad que ayude a los deportistas a superar
sus lesiones, por lo que se considera positivo que se incluya en los planes de
recuperación de lesiones de los deportistas, adaptándola lógicamente a cada
caso.
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