Al
igual que en artículos anteriores ponía de ejemplo a la selección española de
baloncesto para explicar el trabajo en equipo, en éste, voy a poner de ejemplo
al Joventut de Badalona para explicar otra variable relevante en los deportes
de equipo: La cohesión grupal.
¿Por
qué?. Hace un mes se celebraba el 20 aniversario del título de Liga Europea
conseguido por la Penya.
Todos : periodistas, seguidores, entrenadores y los propios
jugadores destacaban como punto clave de la victoria, la unión existente entre
los miembros del equipo. En otras palabras, la cohesión del grupo.
Pero
¿qué es la cohesión grupal?.
Según
Carron (1982) es la tendencia del grupo de mantenerse juntos y permanecer
unidos en la persecución de sus metas y objetivos. El equipo de entonces llevaba varios años manteniendo a un grupo de
jugadores provenientes de la cantera que formaban una estructura consistente.
Además, llevaban un par de años cosechando triunfos, obteniendo dos ligas y
llegando a la Final Four
de Estambul.
No
obstante, la cohesión grupal no es algo estático y fijo, más bien es un proceso
que fluctúa en cada momento, especialmente cuando se tienen en cuenta los
efectos emocionales y cognitivos de los acontecimientos que se suceden en la
dinámica deportiva (derrotas, triunfos, atribuciones personales sobre el
rendimiento, etc.). En ese sentido, la
dinámica del equipo durante la temporada 93- 94 había sido bastante irregular,
hasta tal punto que incluso hizo tambalear el puesto de Obradovic dos meses
antes de la Final Four. Sin embargo, supieron afrontar la situación
manteniéndose unidos.
Además,
la mayoría de definiciones sobre cohesión grupal ponen de manifiesto la existencia
de dos dimensiones básicas:
- Cohesión
de tarea: que refleja el grado en que los miembros del grupo
trabajan juntos para alcanzar objetivos comunes. Por ejemplo, en la consecución de un título como la Liga
Europea. Esta dimensión se asemeja al trabajo en equipo.
- Cohesión
social: que refleja el grado en que los miembros de un equipo
se caen bien unos a otros y disfrutan del compañerismo del grupo. Esta
dimensión se equipara a menudo con la atracción interpersonal.
Y
¿cómo se desarrolla la cohesión grupal?.
Carron propuso cuatro antecedentes principales que afectan al desarrollo de la cohesión:
- Factores
ambientales: Se refieren a las fuerzas normativas que
mantienen juntos a los miembros de un equipo. En ese sentido, la directiva hizo un esfuerzo importante
para mantener a unos grandes jugadores en plantilla. No obstante, hay otros
factores que también pueden desempeñar un papel importante, como la edad, la
geografía o los requisitos de elegibilidad.
- Factores
personales: Fundamentalmente se centran en los motivos de
participación. Según Bass (1962), existen tres razones primarias: motivación de
tarea, de afiliación y automotivación. La primera estaría muy relacionada con
la cohesión de tarea y la segunda con la
cohesión social. La automotivación, que alude al intento de obtener
satisfacción personal mediante la ejecución al nivel máximo de la propia
capacidad, parece contribuir a la cohesión tanto social como de tarea.
- Factores
de equipo: Se refieren a características de tareas de grupo,
normas de productividad de grupo, deseo de éxito del grupo y estabilidad del
equipo. Carron (1982) sostiene que los equipos que permanecen juntos largo
tiempo y manifiestan un fuerte deseo de éxitos de grupo también exhiben niveles
elevados de cohesión. Parece que estos
factores se cumplían en aquel equipo de la Penya.
- Factores
de liderazgo: Incluyen el estilo y conductas de liderazgo
que exhiben los profesionales, así como las relaciones que éstos establecen con
sus grupos.
Pero
¿cómo afecta la cohesión de grupo en el rendimiento deportivo?.
Si
bien intuitivamente podemos pensar que la cohesión grupal favorece el rendimiento
deportivo, la literatura existente al respecto pone de manifiesto resultados
contradictorios. Así, se han encontrado relaciones positivas entre cohesión y
rendimiento para medidas de cohesión de tarea pero no para medidas de cohesión
social (por ejemplo, Widmeyer y Martens, 1978). Además otros autores señalan
que la relación entre ambas variables es circular, es decir, el éxito en la
ejecución provoca un aumento de la cohesión, la cual, a su vez, da lugar a un
incremento del rendimiento (Landers, Wilkinson, Hatfield y Barber, 1982; Nixon,
1977).
No
obstante, aunque la cohesión no siempre potencia el rendimiento del grupo, es
innegable que permite crear un entorno positivo que provoque interacciones positivas
entre sus miembros, por lo que parece conveniente intentar cohesionar a nuestro
equipo.
¿Cómo
mejorar la cohesión de un equipo?.
En
primer lugar, es necesario saber el nivel de cohesión existente en nuestro
equipo. Para ello, existen varias herramientas. La más utilizada es el
sociograma. Éste consiste en la realización de una serie de preguntas a los
miembros del grupo sobre cuestiones específicas, como por ejemplo: “Indica a qué compañeros del equipo elegirías para
depositar tu confianza en un momento clave de un partido (ej: lanzar tiro libre,
etc.)” o “Indica a qué compañeros del equipo elegirías para compartir
habitación en un desplazamiento”. En base a las respuestas a las cuestiones
anteriores, se establecen las relaciones interpersonales existentes en el seno
de un grupo, mostrándose qué jugadores son más influyentes, qué jugadores están
más aislados, etc.
De
acuerdo con la información obtenida se establecerían las pautas necesarias para
integrar al jugador aislado (si lo hubiere), dar protagonismo (ej: ser capitán)
al jugador más influyente, etc. Igualmente habría que tener en cuenta la
existencia de pequeños subgrupos que puedan perjudicar la dinámica del equipo.
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