Foto sacada de www.elpais.com |
Recientemente hemos vivido un batacazo importante en
el mundo del baloncesto, la derrota en cuartos de final de España (nuestra ÑBA)
frente a Francia ha abierto muchos debates y cuestiones sobre la manera de
proceder del equipo y del ya ex seleccionador nacional. Si bien la mayoría se
ha centrado en la ausencia de formación y/o experiencia técnico-táctica,
aspectos que se escapan a este blog, no se ha hecho especial mención a un dato
que creo que también ha sido muy importante: la gestión de las emociones, tanto
propias (del equipo técnico) como del grupo (los jugadores).
De forma similar, cuando una persona tiene unas determinadas
expectativas sobre un evento, y éstas no se cumplen se generan respuestas
emocionales. En primer lugar, sorpresa (recordemos
la cara de Orenga desde el comienzo del partido), ya que lo que se esperaba
que ocurriera no se estaba produciendo. Después, se empieza a hacer una
valoración cognitiva de por qué está pasando eso (ej: si es relevante para
cumplir el objetivo planteado, quien es el responsable, qué consecuencias
tiene, etc.) y en función de ésta, se sentirá miedo, tristeza, enfado, culpa,
etc. Cuando una persona empieza a pensar en lo que está perdiendo, en las
consecuencias que puede conllevar que no se cumplan las expectativas, siente
miedo y el miedo tiene dos posibles conductas: huir o paralizarse. Y en ese
partido, hubo parálisis en el equipo técnico, se bloquearon y su respuesta ante
la rotura de expectativas fue no hacer nada (o por lo menos eso es lo que se vivió desde fuera).
Pero hubo más emociones puestas en juego....
Varios jugadores mostraron cierto nerviosismo o ansiedad por mostrar sus cualidades, no sólo en este partido, pero quizás por el resto de circunstancias fue donde más se notó. Cuando una persona está nerviosa, es decir, tiene un elevado nivel de activación, tiende a precipitarse en sus decisiones, su tono muscular es elevado por lo que los movimientos son más bruscos e imprecisos lo que conlleva más errores, esto a su vez hace aumentar la preocupación y por tanto, la ansiedad, afectando negativamente al rendimiento (para profundizar más ver artículo relativo a ansiedad deportiva).
¿Cómo es posible que jugadores con una dilatada
experiencia y un historial de éxitos puedan estar ansiosos por mostrar sus
cualidades? Pues porque no hay confianza en ellos. Esto no se gestionó
adecuadamente. Ante el más mínimo atisbo de duda es importante hablar con el
jugador, darle confianza y centrarle en lo importante, básicamente en lo que
sabe hacer y por cierto, muy bien.
Por otro lado, otros jugadores estuvieron
descentrados, especialmente Pau y Marc. Por motivos diferentes (lesión y reciente
paternidad), estuvieron mentalmente fuera de la pista. En el segundo caso,
durante todo el partido. Si bien esto puede ser comprensible, es necesario
gestionarlo para conseguir que no ocurra o afecte mínimamente. Y esa gestión no
sólo depende del jugador ya que, no siempre puede conseguirlo solo (recordemos eso de que somos personas),
sino que tiene que haber alguien que le ayude y, no tiene porqué ser el
entrenador. En este punto, es donde creo que por fin las autoridades
competentes se tiene que dar cuenta de
la importancia del psicólogo deportivo e incorporarlo como una figura más
dentro de los equipos deportivos de alto rendimiento. Si hay un preparador
físico y un fisioterapeuta para el aspecto físico, si hay tres entrenadores
para el aspecto técnico-táctico, ¿por qué no se incluye al psicólogo deportivo
para el aspecto psicológico? ¿por qué se insiste en que eso depende del propio
jugador (como manifestó Pau en rueda de prensa) o del entrenador?
Se demostró que eso no es así, que el aspecto
psicológico es tan importante que lo tienen que llevar personas que tengan
formación y experiencia en ello, y no personas que tienen mucha voluntad y una
mínima formación.
Muy interesante, se puede y debe aplicar en muchas disciplinas deportivas como la que practico y enseño que es el Ajedrez!
ResponderEliminarEsclarecedor a lo que acontece en el combinado nacional senior.
ResponderEliminar